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ISSN 1989-4163

NUMERO 44 - VERANO 2013

Fraction: Ejercicios de Estilo de Shintaro Kago

Josep Oliver

            Shintaro Kago es uno de los nombres más mencionados en los últimos años en el mundo del manga. Enfant terrible por naturaleza, sus obras no dejan indiferente a nadie: crean afición o repulsión, o lo que es más común todavía: las dos cosas al mismo tiempo. Creador de un género que él mismo denomina "ero guro" (de "erotismo grotesco"), sus obras contienen una gran cantidad de violencia extrema y explícita, así como elementos de un erotismo disfuncional y extravagante. Todo ello, en una avalancha sin mesura que lucha por expandir los límites de lo aceptable a cada página.

            Sí, la lectura de Kago es sólo apta, en la mayoría de los casos, para estómagos fuertes. Su obra 'Reproducción por mitosis', obtuvo el año pasado el reconocimiento de la crítica casi unánime, pero no sólo por las características que hemos citado anteriormente. Aparte de esto, Kago es un gran experimentador de la narrativa visual del cómic, y eso hace que unos cómics que, en principio, sólo serían pasto de un público muy marginal que busca experiencias extremas, se convierta en un trabajo innovador y altamente original.

            Y, aunque, efectivamente, si el lector quiere saber en qué consiste esa experimentación narrativa tendrá que lidiar con escenas tremendamente sórdidas, la experiencia (creo) vale la pena. En 'Reproducción por mitosis' ya nos había advertido Kago que en el terreno de la innovación en el cómic aún hay mucho por decir: sus experimentos van desde viñetas en 3D que tienen más de una cara, a personajes con problemas porque son conscientes de sus propios bocadillos de texto, pasando por jugar a mover el punto de vista en un viñeta para obtener un resultado totalmente diferente.

            Así pues, se ha editado recientemente la esperada nueva obra de Shintaro Kago en nuestro país, 'Fraction' (Editores de Tebeos, 2013), que se ha demorado unos meses por problemas logísticos de la editorial. La obra consta de una historia larga, que da título al volumen, y cuatro relatos cortos más que siguen en la línea de siempre del autor (imaginativas obsesiones por gente que tiembla, por gente que sólo está tumbada, etc.).

            'Fraction', la historia larga que hemos mencionado, constituye el cuerpo principal de este volumen y es, aun con todos sus elementos de 'ero guro', quizá la historia más accesible de Kago a su público. El argumento que hila la historia es la aparición de un asesino en serie que parte a sus víctimas en dos. El cómic juega con la ficción y la metaficción: el propio autor aparece como personaje de la historia, comentando su carácter de coleccionista compulsivo al borde del ikikomori (fenómeno de asilamiento social de rasgos patológicos), hablando sobre su propia carrera como dibujante y su estancamiento en un determinado estilo de manga. Esto último es lo que propicia que el autor se acerque al género detectivesco, que vertebra, más o menos, 'Fraction'. Kago habla de los detectives de la tradición literaria japonesa y aprovecha para hablar de trucos narrativos basados en las presuposiciones del lector, muy usados en el género (pienso especialmente en autores especialmente "tramposos" en este sentido, como Agatha Christie). Por supuesto, la gracia de la historia es que esos mismos trucos son los que Kago como autor utilizará para rematar la historia.

            De esta manera, 'Fraction' se convierte en una especie de ejercicio de estilo de Kago sobre las historias de detectives: en la trama principal, seguimos la vida de un joven camarero que parece ser el asesino de las chicas cuarteadas. ¿En realidad lo es? Kago homenajea y subvierte a la vez el género, y aunque su pirueta final es algo forzada, demuestra que las cartas estaban encima de la mesa todo el tiempo y que hemos caído en la trampa: hemos sido víctimas de nuestros prejuicios.

            El resto de las historias van desde lo curioso a lo netamente desagradable, pero quien ya haya leído a Kago no se sorprenderá. Personalmente pienso que el gran talento que el mangaka tiene para la experimentación se pierde en cierta forma con la insistencia en lo que el mismo autor denomina "desnudez, cadáveres, vísceras, mierda, torturas y sadomaso". Shintaro no es para todos los públicos, eso está claro, pero si uno es capaz de tolerar sus excesos, nos encontramos con un artista con muchas cosas que decir.
           

 

Shintaro Kago

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Shintaro Kago

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